El agua termal de Luna, declarada medicinal en 1917, es la base de nuestra cosmética natural.

Las propiedades de las aguas termales proceden de los minerales y oligoelementos que arrastran desde las capas más profundas de la tierra:

Hierro, que oxigena las células

Magnesio, estimulante de la regeneración celular

Manganeso, antioxidante

Calcio, que protege los tejidos de agresiones externas

Silicio, que regenera los tejidos

Litio, con efecto calmante.

El agua termal de Caldas de Luna es la base de todos nuestros productos (y lo que los hace únicos). Estas aguas fueron declaradas minero-medicinales en 1917. Son aguas que surgen a 1400 metros de altitud, a una temperatura de 28º. 

Son aguas bicarbonatadas mixtas, oligometálicas, silicatadas y sulfatadas.

La cosmética tradicional ha aprovechado los efectos de las aguas termales: Vichy, Avène, Biotherm, La Roche-Posay, La Toja... El agua termal se ha recetado tradicionalmente para todo tipo de pieles delicadas: eccemas, psoriasis, rosácea... Sus minerales evitan la evaporación de agua de tu piel, manteniéndola hidratada por más tiempo. Evita las rojeces y refresca la cara en ambientes cargados, o tras un largo rato frente a la pantalla del ordenador.

Esencias de Luna mezcla los beneficios del termalismo con la fitoterapia, basada en los efectos conocidos y demostrados de las plantas (la farmacopea actual obtiene gran cantidad de productos de las plantas).

En su Rocío de Luna mezcla el agua termal de Luna con la esencia de árbol de té, que tiene un poder antibacteriano.

Nuestro Rocío de Luna sirve para desmaquillarse, para fijar el maquillaje, o para evitar la pérdida de agua de nuestra cara. Los hombres pueden utilizarla tras el afeitado para tonificar la piel. Incluso alivia el escozor producido por la dermatitis del pañal, o por picaduras de insectos.