Se escriben a diario cientos de artículos que relacionan a la cosmética y sus ingredientes con el origen del cáncer. Parabenos, ftalatos, metales pesados, bisfenol y otros disruptores endocrinos se han colado en nuestras conversaciones; y son términos que cada día llegan a más consumidoras preocupadas por la posibilidad de sufrir un cáncer.
Cada vez está más claro que la lucha contra el cáncer pasa por la eliminación de sustancias químicas nocivas de nuestro entorno más cercano. Los pesticidas de la alimentación, sustancias presentes en nuestros envases, en los detergentes, químicos presentes en nuestros tejidos, en el mobiliario, en la cosmética…
Gran parte de nuestras consumidoras sufren o han sufrido un cáncer; y esta situación es la que les lleva a cuestionarse sus hábitos de consumo. Muchas de ellas nos llaman para contarnos sus experiencias y para hacernos consultas.
Con nuestros productos, muchas de ellas (siempre son mujeres las que nos llaman), han conseguido aliviar los efectos secundarios de los tratamientos.
Durante la radioterapia y quimioterapia; e incluso después, varios pasos ayudan a la piel en estas situaciones críticas:
- Sustituye tu gel tradicional por uno ecológico. Muchas personas pasan al jabón natural, que aporta glicerina. En nuestro caso, tiene otro valor añadido: los minerales aportados por el agua termal.
- Para la cara y el cuerpo, opta por cosméticos poco agresivos:
- Que alivien las irritaciones y quemaduras de los tratamientos. El agua termal, la savia de abedul y las malvas son calmantes.
- Que ayuden a regenerar los tejidos dañados: el oleato de caléndula y la vitamina E; junto con los oligoelementos del agua, ayudan a esta función celular.
- No debes olvidar cuidar, hidratar y nutrir los labios: son una zona vulnerable de tu cuerpo que acusará la bajada de defensas.
- Para calmar irritaciones más severas, utiliza directamente el agua termal: déjala actuar y refrescarte, seca, e hidrata la piel con la crema. También puedes utilizar nuestro «Rocío de Luna» como desodorante.
- En algunos casos, pueden producirse flebitis tras las sesiones de quimio. Si quieres evitar un extra de medicación analgésica y antiinflamatoria; te recomendamos el «masaje termal» con árnica y romero.
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